Por: Cassiel Valdespino
Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron
abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados
los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.
Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los
muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras.
Apocalipsis, 20:12-20:13
Nos gusta pensar que cuando llegue el final habrá un gran espectáculo, uno digno de nuestra historia para terminarla. Deseamos que sea lo más rápido y notorio posible. Queremos que se nos de un juicio final, donde solo seres superiores, libres de los partidos humanos observen nuestra vida; algunos pensaban que sería tan sencillo como pesar nuestro corazón contra una pluma para saber si somos dignos de lo que está más allá.
Lo que nos aterra como especie es un Apocalipsis silencioso, lento, lo que nos aterra es ser lo últimos en un campo vacío lleno de escombros mientras que nos desvanecemos. El último capítulo de la primer temporada de The Leftovers es este final al que tememos, el final donde después tanto sufrimiento, pérdida, audiencia, juicio y ejecución hay más vida, más cansancio.
The Prodigal Son Returns está constituido en su base por 53 minutos, de estos 3180 segundos podemos observar un par de episodios, con diferentes objetivos. El entierro, la confesión del duelo, una búsqueda de sentido, el hueco y la reconciliación.
En esencia, este capítulo logra unir los dolores e ideas planteadas en cada cuadro de los episodios anteriores para llegar a un momento cúspide, el progreso mudo de la pena estalla en los corazones todo un condado para entregarnos dos de las emociones que han definido y desarrollado nuestra identidad, nuestra humanidad, nuestros más profundos amores y nuestros más entrañables dolores para balancearse sobre una cuerda floja ante nuestros ojos.
The Leftovers es un retrato dramático de nuestras vidas, de las que han estado antes y vendrán después, nuestro mundo tan grande con sus luces y sombras se aparenta indiferente, caminamos sobre ciudades repletas de ruinas, hogares y fábricas desechadas, hablamos con personas que han muerto en vida una y otra vez, lo cierto de nuestra historia, lo cierto de nuestro temor al final del mundo es que ya ha sucedido.
Existimos sobre la tierra de imperios derrumbados, los nombres de las deidades de antaño están olvidados, existimos sobre una tierra de Apocalipsis frecuentes y de juicios que no llegan. The Leftovers es una compañía en este camino, es la valoración del amor ante la tristeza, una invitación a vivir, amar y perdonar.
留言